jueves, 21 de julio de 2011

¿TENGO O NO TENGO RAZÓN?

“Feliz el que no insiste en tener razón, porque nadie la tiene o todos la tienen” (Borges).



Esto se puede interpretar de novecientas cincuenta mil formas, pero más allá de interpretarla, voy a dejar que mi mente se extienda un poco… ya que está motivada.
Comenzaré por la verdad; bueno, creo que la verdad es única e imposible, es enorme e inaplicable, es absoluta e inhumana. La verdad en resumen es algo que no podemos alcanzar debido a su alto contenido de pureza y profundidad. No existe ningún tipo de traducción, de adaptación para nuestra cabeza, la verdad no puede ser manipulada mentalmente por el ser humano. El ser humano no está en condiciones de saberla, más sí de sentirla, entonces…
La verdad es una sensación interna e intensa. Es ese algo que nace de la boca del estomago y sube a la cabeza (Y no al revés como creen todos). La verdad nos hace sentir que tenemos razón, aunque distintas las razones, los motivos, las causas, todos tenemos la razón, porque esa sensación no es menos ni más importante que la de otro.
Todos tenemos razón, mientras sea un sentimiento…existe, es válido. Si las ponemos en una mesa y las comparamos, habrá conflicto, y si en ese conflicto olvidamos que la sentimos es porque sólo pensamos que la tenemos, y fundamentar la razón con la cabeza y no con los sentimientos (Donde nace), pierde sentido, no es tolerable, termina por ridiculizarnos, dividirnos, humillarnos.
La razón es una sensación, y más que imponerla sobre otra, debe desencadenarla, debe motivarla, debe excitarla. Debe ser capaz de generar sentimientos…por su génesis, por lo suyo, por lo nuestro… errante, intensa, sacrificada, valiente, cobarde, porque también es absoluta y variada en nuestro interior.
Feliz el que no insiste en tener razón, porque es una pérdida de tiempo, porque nadie la tiene o todos la tienen, porque no me importa eso, sino que la tengo, porque dejo que haga su trabajo, y la dejo en su sitio.
Porque la razón no es un concurso, es una motivación. Porque la razón no se agarra de los palos con otra, sino que la enamora, la seduce, para al final no sentir que la nuestra es única, sino que vivimos con la otra. Porque al final con la razón o las razones… no hay final...sé es feliz.



viernes, 15 de julio de 2011

QUISIERA

Quisiera que el mundo se deje de preocupar tanto por nosotros, porque no lo merecemos, nos creemos más importantes de lo que realmente somos, ojalá el mundo se dé cuenta de esto y nos ponga en nuestro sitio, ¿cuál es?...no lo sé, me preocupan otras cosas.
Quisiera poder explicarle a uno por uno que uno es tan bueno como otro y que otro es tan malo como uno, y que las personas en general no son malas ni buenas, simplemente atraviesan una crisis de humanidad.(Como dijeron por ahí)
Quisiera que todo el mundo se fije en que soy realmente especial y me ahorren el trabajo de demostrárselos, porque la verdad no tengo ningún interés en hacerlo. Es que ustedes no son capaces de saber lo que se pierden, como yo tampoco lo sé.
Quisiera que ese sueño que tuve, cuando tenía el poder de hacer posible el diseñarle a la gente el contexto de su felicidad, y que a cada uno le brote palabras tan reconfortantes y escondidas tan dentro de sí como: “Para alguien de mi edad, nada es más importante que el acuario donde morirá”, se haga realidad
Quisiera que el mundo deje de ser un teatro con un reparto deplorable, y se convierta en una película muda como las de Chaplin.
Quisiera más días así y no asá.
La verdad quisiera muchas cosas imposibles, y no son imposibles porque es complicado que todo el mundo sincronice en hacerlas realidad, sino que son imposibles porque yo lo quiero así.
Quisiera dormir sin ninguna dificultad y despertar con una.
Quisiera incendiar todos los relojes del mundo y ver a quien culpamos entonces.
Quisiera que la justicia sea ajena a un diccionario, ajena a la razón, ajena a cualquier interés o cálculo matemático, quisiera que todos los que merecemos justicia llevemos polos rojos, y los que no, blancos.
Quisiera que las personas se den cuenta que no hay nada más imbécil en el mundo (Puede que sí lo haya) que definir “libertad”.
Quisiera que me dejen terminar.
Quisiera que todos los que lean esto tengan idea de lo que quiero decir, porque no estoy dispuesto a explicárselos. Sí, por pereza.
Quisiera hacer lo que yo desee, pero no lo que quiera; quisiera que todo sea como lo pienso y no lo que pienso. Quisiera poder encontrar la forma de ser exacto.
Quisiera decir que hay quienes me importan mucho, pero hay otras que me importan más, pero otras por las que vivo.
Quisiera…encontrarle una explicación a todo...en fin.


EL ÁNGEL CAÍDO DIJO:

¡AU!